Cómo inflar los neumáticos

Lo primero que deberías saber es que una presión incorrecta supone, en primer lugar, una pérdida de adherencia especialmente cuando el pavimento no está en óptimas condiciones. Y por otro lado, además, supone también un desgaste irregular, lo que en cualquier caso es un importante riesgo durante la conducción. Por lo tanto, como recomendación básica, siempre deberíamos revisar la presión con una periodicidad máxima de 30 días. Y además, es especialmente importante revisar nuestros neumáticos y su presión antes de recorrer largas distancias y después.

Para inflar los neumáticos podemos ir a una gasolinera o taller, donde tienen nanómetros precisos y vamos a poder comprobar si hay algún tipo de fuga de aire. Y lo único que vamos a tener que hacer es acercarnos a la rueda, retirar el tapón de la válvula, conectar el nanómetro e introducir aire hasta que la presión sea la indicada por el fabricante.

En la ficha técnica de nuestro vehículo podemos ver qué presión necesitan nuestros neumáticos, y siempre con los correspondientes matices en función de si vamos a llevar el coche a plena carga o, por el contrario, va a ir con el maletero vacío y simplemente un ocupante. Por otro lado, siempre hay que inflar en frío, sin haber rodado por carretera, porque la alta temperatura del neumático hace que suba de forma temporal la presión del aire en el interior, luego no vamos a ver los valores reales.

Y en caso de que llevemos un neumático diferente a los de origen, entonces tendremos que consultar las referencias del fabricante del mismo, puesto que los datos de presión que aparezcan en la ficha técnica del vehículo podrían no corresponder.