Los coches modernos cuentan con una enorme cantidad de equipamiento tecnológico y sistemas de seguridad. Uno de ellos, los sistemas ADAS -Sistemas Avanzados para la Asistencia a la Conducción-, han aumentado la seguridad en la conducción de una manera destacable. Esta tecnología se basa en sensores de reconocimiento del entorno para la recopilación de datos, que son procesados constantemente para ayudar al conductor a evitar riesgos y accidentes. Pero lo que quizá no sabías es que estos sistemas se deben recalibrar después de determinadas operaciones.
Para el correcto funcionamiento de los sistemas ADAS, los coches modernos cuentan con cámaras y sensores -entre otros- que toman información del entorno. Esta información tiene que ser lo más precisa posible para que los sistemas sean seguros. Por eso, después de determinadas operaciones, hay que hacer una recalibración de los sistemas ADAS del vehículo para que no pierdan efectividad. Cuando se cambia la luna parabrisas de un vehículo con cámara o cuando se repara o se sustituye un parachoques con radares, hay que hacer ajustes de parámetros que son los que se conocen como recalibración ADAS. En función del tipo de vehículo, y del sensor con el que se está trabajando, es posible que se tenga que hacer con el vehículo parado -en estático- o en circulación por la vía -en dinámico-.
Es por seguridad
Para la recalibración ADAS existen equipos originales de marca y equipos multimarca, que son capaces de recalibrar los sensores de diferentes marcas de vehículos. En cualquier caso, se basan en una máquina de diagnóstico que utiliza unos paneles de referencia para posicionar los paneles en paralelo y centrados al sensor. Este elemento de los sistemas de recalibración ADAS es crítico, porque es el que se encarga de dar toda la información necesaria para poder llevar a cabo el proceso de recalibración de la manera más precisa posible.
Gracias a esta máquina de diagnosis, y con software especializado para la marca y el modelo en cuestión, es cómo se pueden recalibrar sistemas como cámaras y sensores. Y al hacerlo, todas las tecnologías, como el sistema de reconocimiento de peatones, señales y ciclistas, o los sistemas de mantenimiento en carril -entre muchos otros- volverán a funcionar con la misma precisión con que lo hacían cuando el coche salió de fábrica.
Que los sensores y cámaras de un vehículo estén correctamente recalibrados es lo que permite que todas las tecnologías de asistencia a la conducción funcionen de manera óptima. Y esto es fundamental porque todo este tipo de tecnologías son las que permiten reducir enormemente los riesgos de sufrir un accidente de tráfico. No solo por nuestra propia actuación en la carretera, sino también por los posibles errores en la conducción por parte del resto de usuarios de la vía pública.
Y si se dispone de un vehículo de alta gama con cámara, la recalibración de este sistema es aún más importante porque tiene mayor precisión. A su vez, cuando conducimos en condiciones meteorológicas adversas, estas tecnologías son esenciales para evitar colisiones y permanecer seguros en la carretera.
Afecta también al confort
Entre estos destacan, la seguridad, el confort y la tranquilidad en el uso del vehículo. Así como para garantizar que todos los sistemas de asistencia estén plenamente operativos en cualquier momento.
Por eso es importante que este proceso de recalibración se realice periódicamente según los protocolos establecidos por talleres especializados -conocidos como recalibradores o centros de diagnóstico- con el equipamiento y el software necesario para cada marca y modelo.
La recalibración de los sistemas ADAS de tu coche es la clave para mantenerte seguro en las carreteras y para que todas las tecnologías de asistencia a la conducción funcionen a la perfección, tal y como fueron diseñadas en la fábrica cuando salió de la cadena de montaje.
En resumen: ¡la tecnología salva vidas! Y por eso la recalibración del sistema ADAS es tan importante.