Dejando a un lado la actualidad del motor, que a veces es necesario, en esta ocasión hemos querido abordar cuestiones importantes que no atañen al conductor de forma directa, sino al copiloto. Sí, el que ocupa la posición de pasajero al lado en la plaza delantera, y del que normalmente sólo se habla en las competiciones de rally. Pero fuera de la pista, en la carretera, el copiloto es más importante de lo que creemos.
Cinco cosas a tener en cuenta si vas de copiloto
El copiloto no es importante únicamente por ciertas buenas prácticas que debería llevar a cabo con la intención de ayudar al conductor, sino también por algunas otras acciones que más bien debería replantearse si no quiere provocar un accidente. Lo vamos a hacer desde la opinión –hablar del copiloto-, pero usando el sentido común y recordando algunos puntos cruciales que todos deberíamos tener en mente cuando no ocupamos el puesto de conducción, y especialmente cuando vamos de pasajero en el asiento delantero.
El conductor a la carretera, y tú a lo que quieras
Como copiloto, aunque no tengas obligación legal alguna, deberías prestar tu ayuda al conductor y siempre con la intención de minimizar las distracciones al volante. ¿Qué quiere decir esto? Que uno de los primeros malos hábitos que deberíamos replantearnos es llamar la atención del conductor para decirle que mire a una u otra parte, sencillamente, porque nosotros estamos disfrutando del paisaje como copiloto y sentimos la extrema necesidad de compartirlo con quien, en realidad, debería limitarse a centrarse en la conducción.
¿Tienes frío, y el conductor no? Si es posible, abrígate
Y querido pasajero que viajas en el asiento delantero, junto al conductor, tú tienes más facilidad para ponerte o quitarte la chaqueta, o una bufanda, o desabrigarte en cualquier momento. Y tú no vas a provocar un accidente si te quedas dormido. Por lo tanto, si quieres colaborar a evitar la somnolencia de quien está manejando el coche en el que circulas, entonces deberías dejar que el conductor controle el aire acondicionado, y especialmente la calefacción. Una cosa es que el conductor ceda en un grado más o un grado menos, pero recuerda que las altas temperaturas en el coche, y la falta de ventilación, son dos factores clave para provocar que el conductor esté más cerca de dormirse que de mantenerse despierto.
El navegador GPS, si puedes, mejor que lo controles tú
Cada vez son más avanzados los sistemas infotainment de los coches, y actualmente la mayoría de los vehículos nuevos permiten el control por voz del sistema de navegación GPS. Es legal, claro que sí, pero también provoca distracciones, o más bien pérdida de atención sobre la conducción. Por lo tanto, lo primero que deberíamos hacer es configurar el GPS antes de salir, pero cuando hay que hacer una correción o mirar el detalle, lo mejor es que el GPS lo controle el copiloto. Así colaboras con el conductor, y evitas que haya problemas de pérdida de atención.
Los buenos copilotos no se quedan dormidos
Quizá con tu suegra sí prefieres que el copiloto se quede dormido, pero es conveniente mantenerse despierto como copiloto. ¿Aquello de que los bostezos se contagian? Pues el sueño no se contagia, pero si creamos un ambiente relajante, sin duda estaremos contribuyendo con la somnolencia del conductor. Por lo tanto, como copiloto deberíamos estar pendientes también a lo que ocurre en la carretera, y especialmente dar conversación, o simplemente participar de ella, de forma que sin distraer al conductor estemos evitando ese ambiente relajante.
La música a tope, mejor en la discoteca, por favor
Como copiloto, probablemente te aburres cuando el otro conduce. Y qué mejor manera de lidiar con el aburrimiento que poner la música a tope y cantar o hasta incluso bailar en el pequeño espacio que nos queda, sea cual sea el coche en el que viajamos. Pero lo cierto es que, aunque llevar la música puesta en el coche -según qué música- puede ayudar al conductor a mantenerse despierto y alerta, la música alta no deja prestar atención al entorno, y especialmente al entorno acústico. Dicho de otra manera, si alguien toca el claxón, que está colocado en el volante para evitar accidentes, el conductor no va a poder oírlo y actuar en consecuencia.