¿Conducías antes de sacarte el carnet? Si eres un verdadero apasionado de los coches, suene bien o suene mal, seguramente sí lo hacías. Y si es así, cuando fuiste a sacarte el carnet seguro que te hablaron de malos hábitos en la conducción. Y si el anterior no es tu caso, tranquilo, porque con el tiempo todos vamos tomando algunas malas costumbres al volante. Y estas tres, entre muchas otras, son cosas que hacemos mal y que, curiosamente, muchos no sabemos hasta qué punto son erróneas o incluso peligrosas.
Conducir con una mano
Al gangster de las típicas películas de mafiosos y chulos le sienta genial conducir con una mano, pero en realidad lo único que hace es ponerse en riesgo a sí mismo y a los que conducen en la misma vía que él. ¿Por qué? Por una parte, conducir con una mano impide ser tan preciso como sosteniendo el volante con ambas manos y en su correcta posición. Por lo tanto, esta imprecisión nos va a llevar a salir del carril de forma involuntaria en las curvas más pronunciadas, por ejemplo.
Pero no es lo único, sino que llevar una mano al volante supone reducir nuestro tiempo de reacción, lo que en situación de emergencia se convierte en un mayor riesgo de accidente. Además, según cómo lleves colocada esa única mano, que normalmente es en la parte más alta y central del volante, no verás el cuadro de mandos, un riesgo para tu brazo si salta el airbag, que va a llevarlo directo a tu cabeza. Por otra parte, en situación de aquaplaning, el propio peso de tu brazo te puede llevar a mover la dirección de forma involuntaria, y el resultado es que con la pérdida de adherencia podemos acabar empotrándonos contra cualquier obstáculo.
La mano sobre la palanca de cambios
¿Quién quiere pagar el apoyabrazos como extra teniendo la palanca de cambios? Pues si no has ahorrado suficiente para él, mejor que ni una cosa ni la otra. Dejar la mano reposando en la caja de cambios, que es uno de los malos hábitos más frecuentes en la conducción, supone ejercer presión sobre los componentes internos de la transmisión. Es decir, básicamente se traduce en un desgaste innecesario sobre sincronizaciones y rodamientos, entre otros, que en un plazo más largo puede provocar holguras, vibraciones e imprecisión.
Abusar de la reserva de combustible
Si tu coche es de inyección electrónica –que es muy probable-, deberías saber que dentro del depósito de gasolina hay un componente que se llama bomba de combustible. Este elemento, que entre otras cosas resta capacidad en el depósito y su ausencia podría darte una mayor autonomía, tiene una función esencial en tu vehículo.
El peligro llega cuando circulas con menos de cinco litros en el depósito, que quizá te den para 100 kilómetros de autonomía, pero esto supone dejar la bomba de gasolina ‘al descubierto’, desprotegida y expuesta a problemas de lubricación y de enfriamiento. Por lo tanto, mucho cuidado con abusar de la reserva de combustible.