La imagen de Volkswagen tal y como la conocemos hoy en día sufrirá cambios para 2020. O al menos en lo que respecta a su logotipo ya que las últimas informaciones facilitadas por Autobild aseguran que la imagen de marca de la marca alemana evolucionará antes del final de la década.
La fecha límite es 2020, pero incluso este cambio se podría adelantar para hacerla coincidir con la octava generación de su superventas, el Volkswagen Golf que debería ver la luz a finales de este año o como muy tarde en 2019.
Nueve logotipos para 80 años de historia
El último cambio registrado en el logotipo de Volkswagen llegó justo con el cambio de Siglo, en 2000. Pero desde que la marca de automóviles fuera fundada el 28 de octubre de 1937, han sido ocho logotipos más los que han formado parte de la historia de la marca de Wolfsburgo.
El primer logo data de 1937 y estuvo vigente hasta 1939. A las siglas V y W que hacen mención a las dos palabras que forman el nombre de la marca, Volks y Wagen (cuyo significado es auto del pueblo) le rodeaba un engranaje que era parte de la simbología del partido nacional-socialista además de cuatro banderas desplegadas.
En 1939 y a las puertas de la II Guerra Mundial, las banderas fueron retiradas dejando sólo el engranaje y las iniciales circunscritas. Este logotipo estuvo vigente hasta 1948 cuando ya en manos de los ingleses arrancaba la producción del mítico Volkswagen Escarabajo. En su frontal únicamente la V y W una encima de otra.
A excepción del periodo desde 1960 a 1967 en el que el logo dejó de ser redondo para adoptar una forma exterior cuadrada, este fue evolucionando tímidamente y sin notables cambios (al igual que suele ocurrir en sus diseños) hasta que en el 2000 adoptó la imagen que hoy todos conocemos y que imprime un diseño tridimensional al logotipo, mucho más en la línea de los tiempos que corren.
Ahora esta etapa llega a su fin tras casi 20 años mostrando orgullosa su silueta en el frontal de los coches (la etapa más larga en la que ha perdurado un diseño sin cambios), y este será reemplazado por otro en el que, seguramente, los cambios sean sutiles. O igual no y estamos ante una auténtica revolución.