Es realmente curioso, pero los coches eléctricos están perdiendo gran parte de su eficiencia por el cálculo impreciso de la carga de la batería. ¿A qué se debe esto? Se debe, sencillamente a que los sensores típicos de las baterías de coches eléctricos tienen sensibilidad a nivel de amperios, pero no tienen la sensibilidad suficiente para medir variaciones de miliamperios. El resultado es que pueden darse desviaciones de hasta un 10% en la estimación de la carga de la batería. Si se corrige este importante problema se podría conseguir hasta un 10% más de autonomía y, por supuesto, reducir el uso ineficiente de sus baterías.
Y de todo esto se ha preocupado el profesor Mutsuko Hatano, del Instituto de Tecnología de Tokio, que se ha encargado de encontrar la solución y publicar su estudio en la revista Scientific Reports. Aquí informa sobre un nuevo sensor cuántico de diamante que es capaz de estimar la carga de la batería de un coche eléctrico con una precisión de un 1% en las mediciones típicas de alta corriente. Explican que se trata de una serie de sensores basados en diamante que son sensibles a variaciones de miliamperios, pero también suficientemente compactos como para instalarlos en un coche eléctrico.
Un sensor más preciso daría un 10% más de autonomía a cualquier coche eléctrico y un importante ahorro
Contar con un sensor realmente preciso para las estimaciones de autonomía restante y el cálculo de la carga de batería permitiría que ese 10% de margen de error se reduzca prácticamente a cero. Y eso, a efectos más prácticos, se traduce en que cualquier coche eléctrico podría disfrutar de un 10% más de autonomía, que en algunos casos será una cantidad bastante relevante de kilómetros adicionales con respecto a lo que está haciendo en estos momentos. Por otro lado, también implicaría un importante ahorro no solo energético, sino también económico. Si se está desperdiciando energía, sería energía que dejaríamos de pagar de forma innecesaria.
En las pruebas que han podido llevar a cabo con este sensor cuántico de diamante han encontrado que en situaciones reales de uso su increíble precisión se mantiene inalterable y bajo operaciones en un rango de entre -40 ºC y 85 ºC. Es decir, que no se trata de un descubrimiento que tenga que pasar algún tipo de fuerte evolución para aplicarse a nivel comercial, sino que es una tecnología que ya está lista para poder utilizarse en cualquier coche eléctrico de nueva fabricación.
Y como comentan, ‘aumentar la eficiencia del uso de la batería en un 10% puede permitir también que se reduzca el peso de la batería un 10%’. Pero ¿hasta qué punto es esto importante? Pues es realmente relevante, porque se puede reducir en un 3,5% la energía de funcionamiento y en nada menos que un 5% la energía de producción de un total de 20 millones de nuevos coches eléctricos en todo el mundo para el año 2030. Al mismo tiempo, reducir la energía de producción implica reducir un 0,2% las emisiones de CO2 derivadas por el transporte y otras cuestiones de logística.
Lo que significa todo esto, en definitiva, es que ahora mismo los fabricantes de coches eléctricos están usando sensores ineficientes para conocer el estado de carga de la batería y hacer las estimaciones de autonomía de este tipo de vehículos. Y si se utilizase esta nueva tecnología, que es un sensor cuántico de diamante, esta ineficiencia se acabaría por completo. Las repercusiones energéticas, medioambientales y económicas que esto puede tener a pequeña y a gran escala son realmente sorprendentes. Y los efectos positivos serán mayores cuanto mayor sea la adopción de coches eléctricos en todo el mundo.