Recientemente hemos sabido cómo será el Mazda CX-60 y nos hemos alegrado de que el MX-5 seguirá siendo gasolina. Pero no todo son buenas noticias en relación a la marca japonesa, porque ahora conocemos que el Mazda CX-3 se dejará de vender en España pronto. Y eso es porque la producción del modelo, en Europa, llegará a su fin el próximo mes de diciembre. Así que, como es evidente, queda poco tiempo de margen durante el cual el pequeño SUV de la marca japonesa estará disponible para comprar en España.
Por el momento, Mazda no ha anunciado ningún sustituto directo del Mazda CX-3. Antes de que eso haya podido ocurrir ha llegado la noticia de que se dejará de vender en España próximamente, y en toda Europa, debido a que será el próximo mes de diciembre cuando se deje de producir para el Viejo Continente. Ahora mismo, la alternativa –aunque no lo es estrictamente- es el Mazda CX-30. Un modelo que es más grande en sus dimensiones y que también es más caro, además de que tiene un planteamiento indudablemente distinto al que mantiene aún el pequeño SUV de su catálogo.
El Mazda CX-3 dejará de venderse en España muy pronto y, de momento, no tendrá un sustituto
Aunque el Mazda CX-30 será el que trate de cubrir el hueco que va a dejar el Mazda CX-3 en el catálogo de la marca, lo cierto es que no habrá un sustituto real, puro, para este SUV de dimensiones más comedidas. Gracias a un acuerdo con Toyota, próximamente se lanzará el Mazda2 basado en el Yaris. Esta misma semana se ha dado a conocer que Toyota y Suzuki, que tienen una alianza similar en Europa, seguirán apostando por lanzar modelos de forma conjunta tanto en Europa como en otros mercados. Así que, si la relación entre Mazda y Toyota sigue el mismo camino, o parecido, quizá pudiéramos ver una renovación del Mazda CX-3 en forma de Toyota Yaris Cross.
Ya hay algunos medios que están apostando por esa posible estrategia por parte de las dos marcas japonesas. Sea esta la medida que tome Mazda, o no, es evidente que la normativa europea contra las emisiones contaminantes está poniendo las cosas cada vez más difíciles a algunos fabricantes. Y entre las opciones que tienen está seguir invirtiendo en electrificación, y renovar sus modelos con mecánicas más ‘limpias’, o incluso con soluciones eléctricas puras, o dejar que algunos modelos mueran tal y como va a hacer el Mazda CX-3 en nuestro mercado.