Según las últimas informaciones, desde Rolls-Royce no verían con malos ojos desarrollar un modelo eléctrico dentro de su gama, siempre y cuando la tecnología de las baterías evolucione. De hecho no es la primera vez que la lujosa marca inglesa ha coqueteado con la idea de un vehículo eléctrico.
Las nuevas normas de emisiones y anticontaminación son cada vez más estrictas, y los fabricantes de los automóviles más exclusivos no quedan al margen, por lo que estas marcas, que en un primer momento dejaron de lado la idea de desarrollar un coche híbrido o eléctrico, ahora tienen que asumir la realidad de las nuevas tecnologías, y buscan la manera de integrar sistemas híbridos en alguno de sus modelos u ofrecer versiones totalmente eléctricas para poder cumplir con las normas actuales y futuras.
Desde Rolls-Royce en un principio dudaban de la viabilidad de un coche eléctrico dentro de su gama de modelos, pese a que llegaron a desarrollar un concept eléctrico, el 102EX. Y desde luego que no han desechado la idea por completo, ya que el exclusivo fabricante, propiedad del grupo BMW, sigue considerando la posibilidad de incorporar un modelo EV a su gama, siempre y cuando la tecnología de las baterías actuales evoluciones considerablemente.
En palabras de Torsten Mueller-Oetvoes, este modelo llegaría en el momento en que encontrasen una tecnología de baterías que pudiera ofrecer unos rangos que sean aceptables para sus clientes, tanto a nivel de prestaciones, pero especialmente a nivel de autonomía. Sólo entonces veríamos un Rolls-Royce completamente eléctrico.
El problema principal como ellos mismos señalan es la autonomía, un Rolls-Royce es un coche bastante pesado, cargado de lujo, por lo que no pueden permitirse sacar un modelo que obligue a estar recargando las baterías cada pocos cientos de kilómetros. Posiblemente por ahora lo mejor sería ofrecer un sistema híbrido enchufable, una solución por la que cada vez están optando más fabricantes.