Sí, la pregunta del titular es un tanto de Perogrullo, pero nunca viene mal planteársela. Carlos Sainz es mucho más que un nombre y un apellido. Está más allá de su legado de sangre. El piloto madrileño, allá donde ha ido, ha destacado. Rápido, calculador, sin la espectacularidad de con quien se le ha comparado desde su debut, Max Verstappen, sí, pero fiable. Es un piloto regular, de cabeza fría. A día de hoy podría compararse con el mejor Raikkonen, con Ricciardo e, incluso, Fernando Alonso. Perdónenme la comparación, pero es para entendernos.
La mayoría conocemos a Carlos Sainz por la Fórmula 1 o, como mucho, la Fórmula Renault. Cuando se subió al Toro Rosso todos quisimos ver en él la esperanza española para cuando se retirase Fernando Alonso. El bicampeón asturiano pasó de ser el ídolo (con el perdón de su padre) al amigo del joven Carletes. Además, es hijo de quien es. Carlos Sainz senior has dio bicampeón del mundo de rallies y ha ganado el Dakar. Por sus venas no corre sangre, sino gasolina.

La trayectoria de Sainz es digna de un campeón
En 2005 Carlos Sainz debutaba en los karts. En estos vehículos ganaría bastantes laureles de victoria. En 2006 gana el Campeonato Madrileño, es tercero en el Trofeo de la Industria en Parma, Italia, y además queda segundo en la Carrera de Campeones a final del año. Hasta 2009 continuaría compitiendo en los karts, ganando campeonatos europeos, nacionales e internacionales. Esto haría que comenzase a llamar la atención de un gigante del automovilismo, Red Bull.
Con apenas 15 años, en 2009, el equipo austríaco le ofrecería a Carlos Sainz realizar un test en con un monoplaza en Italia. Si salía bien, podría ingresar en su programa de jóvenes pilotos. Sainz se preparó a conciencia y, bajo las órdenes de Emilio y María de Villota, se va al Jarama a entrenar. Gracias a ello, la prueba con Red Bull fue todo un éxito.
A partir de ahí su trayectoria se centró en los monoplazas. Tras firmar por 5 años con Red Bull, participa en el campeonato de Fórmula BMW Europea en 2010. Además, disputa tres carreras del campeonato de Asia-Pacífico de la misma categoría, ganando en Macao. Además, fue Campeón de la Rookie Cup en Europa y cuarto en la general. En 2011 acabaría ganando la categoría con 201 puntos.

Carlos Sainz es garantía de puntos
En 2011 daría el salto a la Fórmula Renault 2.0 del Campeonato NEC (Northern European Cup) alzándose con el campeonato. En llega a la Fórmula 3 británica, quedando sexto, y participa en el Gran Premio de Macao de Fórmula 3. Conseguiría además una brillante victoria en Spa, dos en Monza y una en Snetterton. En 2013 alterna la GP3 con la Formula Renault 3.5. Esta última categoría la ganaría en 2014, abriéndole las puertas de la Fórmula 1 tras alcanzar 7 victorias.
En 2015 llegaría por fin a la Fórmula 1 gracias a Red Bull. El fichaje de Vettel por Ferrari deja un hueco en la escudería que ha de ocupar Kvyat, abriéndole la puerta a Sainz cuando Verstappen ya había sido confirmado. En su primera temporada sufría 7 retiradas, cebándose la falta de fiabilidad del Toro Rosso con Carlos Sainz. Del resto, en 7 carreras puntuaría y en 5 no. En su primer año, con ese coche es todo un éxito. En 2016 fue su año de consolidación y ya Renault intentó ficharle. De 21 carreras, puntuó en 10 y tuvo 4 retiradas. Pero donde ha sobresalido es en este mismo año. Ha aplastado literalmente a Kvyat. Ha sufrido 6 abandonos en las 16 carreras disputadas hasta Japón, pero en el resto, salvo en Italia, ha puntuado en todas, con un estelar cuarto puesto en Singapur.
Ahora, Sainz llega a la fábrica de Enstone. La misma fábrica de donde salieron los coches que hicieron bicampeones a Michael Schumacher y a Fernando Alonso. La misma que le dio posibilidades de luchar hasta casi el final de campeonato de 2012 a Raikkonen. Sainz está en un equipo campeón, y quiere serlo con ellos para 2020.