El mundo de las baterías está en un ‘momento dulce’ y los avances están llegando casi a diario. El último es una batería con ánodo de silicio que, según informan desde Ionblox presenta varias grandes ventajas con respecto a las celdas de iones de litio que se están utilizando a día de hoy. Sin duda, las más destacables son que tienen una densidad energética un 50% superior, que se podría traducir en un un 50% más de autonomía, pero también que pueden multiplicar por cinco la potencia y, además, soportando cargas ultra rápidas para conseguir un 0 a 80% en solo 10 minutos. Y no es que sea algo prometedor, es que está en fase de pre producción.
Como te puedes imaginar, no todas las baterías, aunque podrían tener su aplicación, están desarrolladas para ser usadas en coches eléctricos. Ionblox es una startup norteamericana y son quienes están detrás de estas nuevas baterías de ánodo de silicio que, como comentábamos anteriormente, no son un mero proyecto de laboratorio sino que ya están en fase de pre producción. Es decir, que están realmente cerca de hacerse realidad a nivel comercial y empezar su producción. El enfoque de esta compañía, eso sí, está orientado a vehículos voladores que requieren de una enorme seguridad en las baterías y, por otro lado, requieren también de mucha potencia para hacer despegues verticales. Lo cual no quiere decir que, como comentábamos anteriormente, este tipo de baterías no puedan tener su aplicación en el entorno de los coches eléctricos, donde efectivamente podrían lograr sin dificultades un 50% más de autonomía que una batería comparable de iones de litio gracias a su mayor densidad energética.
Estas son las grandes ventajas de las nuevas baterías con ánodo de silicio: más densidad energética, más potencia y una carga mucho más rápida
El enorme rendimiento que alcanzan las nuevas celdas con ánodo de silicio de Ionblox ha sido contrastado por el Laboratorio Nacional de Idaho, que depende del Departamento de Energía de los Estados Unidos. Así que los datos que dan, en los que comparan cómo trabajan sus baterías con respecto a una batería tradicional de iones de litio, son del todo fiables. Y nos hablan, como ya comentábamos, de que ofrecen una densidad energética un 50% superior, de modo que se puede lograr una sustancial mejora en la autonomía o tener buena capacidad energética en vehículos con mucho menor peso. Todo depende de cómo se plantee su implementación, claro.
Además de la gran ventaja en términos de densidad energética, estas baterías con ánodo de silicio son capaces de servir una potencia de salida cinco veces superior, y esto es crítico en motores de alto rendimiento empleados para coches eléctricos o, sobre todo, en motores para vehículos voladores con sistemas de despegue vertical. Más allá de estos datos, que ya deberían ser más que suficientes, desde la startup estadounidense hablan de que soportan un sistema de carga ultra rápida capaz de darnos un salto del 0% al 80% en solo 10 minutos, que es algo que está muy por encima de lo que pueden soportar a día de hoy las baterías que usan los coches eléctricos.
De momento la compañía tiene una fábrica de baterías piloto en California, específicamente en Fremont, y allí están produciendo baterías de ánodo de silicio en formato bolsa y con hasta 50 Ah como máximo de capacidad de almacenamiento energético. Este tipo de celdas se están enviando a compañías del sector del automóvil como son Ford, General Motors o Chrysler. Así que, como ya decíamos, aunque el enfoque de desarrollo de las celdas estaba puesto en otro sector totalmente distinto, los fabricantes de automóviles están también muy interesados en este tipo de baterías y mantienen una estrecha relación con la startup que hay detrás de ellas.
Este tipo de baterías sustituyen el grafito habitual del ánodo de las baterías de iones de litio por silicio, aunque no de manera completa. Este silicio está ‘prelitiado’; es decir, que aunque la composición química del ánodo es de silicio, de manera mayoritaria, hay una pequeña parte de litio que se encarga de garantizar la máxima estabilidad tanto en carga como en descarga. Esta técnica, de la que ya hemos visto en anteriores ocasiones y por parte de otras compañías, hace que las baterías sean más seguras y además permite prolongar la vida útil de una forma muy destacable. De hecho, la compañía habla de más de 1.500 ciclos de carga y descarga, que son cifras en las que se mueven las longevas baterías LFP.
La startup americana sigue asociándose a compañías que están interesadas en su futuro suministro y completando fuertes rondas de financiación para su próximo objetivo que, evidentemente, pasa por llevar a producción estas celdas de batería tan prometedoras. Los resultados en términos de rendimiento son extraordinarios y, como seguro puedes imaginar, el potencial que tienen en el sector del coche eléctrico es enorme. Así que no deberíamos tardar demasiado tiempo en ver cómo, efectivamente, se empiezan a producir de forma masiva y alguna marca de coches las empieza a implementar en algún nuevo modelo.