En los últimos años, las prestaciones de los superdeportivos no para de sorprendernos. Desde la llegada en 2005 del Bugatti Veyron EB 16.4, tres han sido los fabricantes que se han peleado por estar en lo alto de lo que podríamos llamar el club de los 400 km/h. Pero lo cierto es que para ser merecedor de este honor, alguien deber ser capaz de que puedas rodar a tales velocidades, y ahí es donde entran en juego los fabricantes de neumáticos.
Si bien es cierto que existen neumáticos que resisten velocidades incluso más altas, o bien son neumáticos experimentales o bien están fabricados para conseguir récords de velocidad en superficies saladas como Bonneville. Y lógicamente, nada tiene que ver con desarrollar y fabricar un neumático que sea capaz no sólo de aguantar las tremendas fuerzas centrífugas cuando se rueda a máxima velocidad sino tener un buen rendimiento en cualquier condición y ser capaz de aguantar los tremendos esfuerzos a los que se someten en las aceleraciones con motores que superan ampliamente los 1.000 cv.
El reto de las 300 millas por hora
A día de hoy, el reto para los fabricantes de automóviles es conseguir un coche de producción que sea capaz de superar las 300 mph, es decir, los 482 km/h. En la última década, tres han sido los vehículos y fabricantes que se han repartido este honor.
En primer lugar, fue como decíamos el Bugatti Veyron con una versión especial Super Sport que en 2010 alcanzó los 431 km/h. En 2013, un Hennessey Venom GT establecía una marca de 435,2 km/h mientras que el año pasado, el Koenigsegg Agera RS elevaba el listón hasta los 457,9 km/h.
Quien parece estar en condiciones de alcanzar esa velocidad con un coche de producción, aunque sea de tirada limitada, parece Hennessey con su esperado Hennessey Venom F5 visto el año pasado en el Salón SEMA y que cuenta con un motor de 1.600 cv bajo su capó. En el caso de Bugatti, no parece estar interesado en enfrentarse al reto con el Chiron y en el caso de Koenigsegg, hay que esperar a conocer el sustituto del Agera.
Pero lógicamente y como decíamos, necesita estar calzado con neumáticos que resistan esa velocidad y por ello Eric Schmedding, gerente de Michelin para equipos OEM (neumáticos montados de fábrica) declaraba en Bloomberg estar ya trabajando en un neumático capaz de aguantar estas velocidades.
Es un gran reto, con una competencia feroz, y en la que todo el mundo avanza muy rápido. Por ello estamos trabajando en ser capaces de llegar a las 300 mph.