La primera conclusión que debemos tener clara son los efectos negativos que aporta un peso excesivo en la estabilidad del coche. Lo digo porque en muchas ocasiones he tenido que escuchar, “ese coche es muy peligroso; corre mucho para lo poco que pesa” . Si aplicamos este planteamiento en términos de seguridad, la conclusión sería que lo más seguro que puede haber en la carretera es un camión de cuarenta toneladas, “pesa mucho y corre poco”. No parece muy lógico ¿verdad? Resolveremos nuestras dudas preguntándole a cualquier camionero, cuando tiene que realizar una frenada de emergencia o tomar una curva cerrada.
Es posible que la afirmación venga de la asociación de la alta velocidad y el poco peso unido a la posibilidad de despegar. Un Boeing 747 de trescientas toneladas es capaz de despegar a una velocidad de apenas 250 km/h y una avioneta incluso a 100 km/h. Pero en un coche, lo que nos mantiene pegados al asfalto es el diseño aerodinámico, no el peso. Así que debemos desterrar para siempre la asociación directamente proporcional de peso = seguridad.
¿Miedo a que el coche ‘despegue’ del suelo?
En realidad las cosas van en sentido contrario. Un coche pesado tiene mayor inercia, su energía cinética es mayor y como consecuencia le cuesta más detenerse. Sus distancias de frenado son más largas y en caso de emergencia necesitamos más espacio para detener el coche. Lo mismo ocurre con su energía centrifuga; es mayor que en un coche ligero, con lo que resulta más difícil efectuar un cambio de dirección, entra peor en las curvas y su velocidad de paso por ellas es más lenta ya que su peso le empuja hacia el exterior.
Un coche más ligero suele ser más seguro
No hay nada más eficaz con cuatro ruedas sobre el asfalto que un Formula 1, con apenas 700 kg y más de 850 cv, proporciona unos cambios de dirección rapidísimos y unas distancias de frenado muy pequeñas. Tema aparte es la facilidad de conducción. El coche no suele ser peligroso, en realidad el peligroso es el conductor. Su falta de sentido común, escasa formación o falta de habilidad al volante.
Queda claro por tanto que, cuanto más ligero es un coche, a priori, más fácil será su control y no lo contrario. La estabilidad de un coche está determinada por muchos factores, como el centro de gravedad, y que ya explicaremos más adelante en Testcoches.es