Lamborghini ‘nunca haría un SUV’, y según la propia compañía ‘nunca usarían un turbo’ en sus mecánicas. La italiana no ha cumplido ni una ni otra promesa, y en el Lamborghini Urus no sólo tendremos su primer SUV, sino también su primer motor turbo. Ahora bien, de nuevo su directiva ha hecho una promesa conservadora: serán los últimos en lanzar un coche autónomo, a pesar de la tendencia del sector.
Fabricantes como Porsche, dedicados a los vehículos deportivos, y con una fuerte inclinación hacia la experiencia de conducción, ya han hablado sobre la conducción autónoma con cierto rechazo. Un portavoz de Lamborghini se ha pronunciado también al respecto, y ha asegurado que ‘cuando compras un Lamborghini esperas pasarlo bien y disfrutar de la conducción’. Motivo por el cual ‘serán los últimos en lanzar un coche autónomo’.
Lamborghini hace coches para que el conductor disfrute de la conducción y lo pase bien a bordo de él. No están demasiado interesados en la conducción autónoma.
Lamborghini tardará en sumarse a los coches autónomos
En diciembre del pasado año, el CEO de la compañía también se mostró en contra de estas tecnologías aplicadas a su marca. A finales de 2016, Domenicali comentaba que ‘pasará mucho tiempo’ hasta que Lamborghini se mueva en esta dirección, porque sus clientes son usuarios que ‘disfrutan de la potencia y la pasión’. Algo muy similar a lo que, como mencionábamos, comentaron desde Porsche hace también varios meses.
La conducción autónoma, igual que los sistemas de propulsión eléctrica, o esta forma de ‘downsizing’ como es el turbo, son avances del sector opuestos, en cierto modo, a la esencia de marcas de coches deportivos como es el caso de Lamborghini. Incluso el segmento SUV lo es, a priori, a pesar de que van a sumarse a él muy pronto con el lanzamiento del Lamborghini Urus.
Pero dejar a un lado la experiencia de conducción de un turismo –en pro de la carrocería SUV- no es abandonar del todo su esencia. Y tampoco lo es el turbo como sistema de sobrealimentación, como ha demostrado Porsche. Incluso la hibridación les deja margen para seguir ofreciendo vehículos ‘pasionales’, que es la esencia que defienden. Sin embargo, la conducción autónoma sí que es muy difícil de compatibilizar con lo que, como explican desde la directiva de Lamborghini, buscan sus clientes.