Aunque la energía solar y la eólica parecen la única fuente de energía verde y renovable, ni mucho menos es así. Son las fuentes más relevantes a día de hoy, pero hay otras tecnologías clave para conseguir electricidad ‘gratis’ e inagotable. El último invento, que es el que nos ocupa, son algo parecido a ‘pelos’ en el fondo del océano y de mar que se mueven con las corrientes y con estos movimientos generan electricidad. Una idea genial que próximamente podría alimentar nuestros coches eléctricos, casas, industrias, etcétera.
El invento en cuestión viene del Laboratorio Nacional de Energías Renovables. Han ideado unos convertidores de energía que transforman la energía del movimiento de las propias corrientes de agua del océano y el mar en energía eléctrica para la red general. ¿Cómo funcionan? Sencillamente son grupos de sistemas deformables que están unidos entre ellos. Estos cuerpos deformables se pueden estirar y flexionar y recuperar su forma original, y en todos y cada uno de los movimientos que hacen producen energía eléctrica totalmente limpia. Es decir, que son una fuente de energía renovable que perfectamente podría ayudar a la producción de energía limpia sumándose a opciones mayoritarias como la eólica o la energía solar.
DEEC-TEC, unos «pelillos» en el fondo del océano y el mar para generar electricidad limpia con el movimiento del agua
El NREL explica que son algo así como ‘serpientes marinas’. Desarrollan la idea, para que sea más comprensible, recordando que este animal es capaz de nadar gracias a una intrincada colaboración entre sus células musculares flexibles. Esta tecnología que han patentado se compone de varios dispositivos flexibles que producen energía eléctrica con la colaboración de varios convertidores de energía individuales que operan de manera conjunta, exactamente igual que esas células musculares de la serpiente de mar que crean una estructura mayor.
Frente a sistemas más tradicionales, que ya perseguían lograr algo parecido, la tecnología del laboratorio estadounidense combina varios convertidores flexWEC de pequeñas dimensiones, y flexibles, en una misma estructura. Los dispositivos son sencillamente transductores con una capacidad de deformación estructural limitada respecto a objetos externos. Con esta deformación que provoca el movimiento del agua del mar, o del océano, extraen energía mediante el estímulo. Y no se necesita de ningún tipo de junta o bisagra, ni de ningún otro tipo de elemento mecánico parecido. Son como generadores a base de elastómeros dieléctricos.
Estos pequeños flexWEC se combinan para formar base de tejidos, estructuras de soporte, mamparas y mucho más. De hecho, en las explicaciones sobre la tecnología que ya han patentado muestran otras estructuras como, por ejemplo, globos que se contraen y expanden en la superficie marítima para la producción de energía. O también paredes elásticas instaladas en el fondo de los océanos que igualmente pueden convertir la energía del movimiento en energía eléctrica para su uso en casi cualquier tipo de aplicación. Quizá la más relevante sea la forma de serpentinas flotantes que se deforman para aprovechar la energía de las olas.
Lo mejor de todo es que no solo sirven para la construcción de nuevos sistemas de obtención de energía renovable, sino que es que además su construcción tiene un impacto ecológico negativo muy reducido porque se pueden fabricar a base de materiales ‘eco’. Es decir, que aunque por el momento queda bastante desarrollo por delante para esta tecnología, la realidad es que tiene un gran potencial para el futuro. De momento, en los próximos años veremos un ‘boom’ de energía solar; pero este tipo de ideas no tardarán demasiado tiempo en hacerse realidad.