Mientras que una batería típica de coche eléctrico aguanta 3.000 ciclos de carga y descarga, a partir de los cuales se empieza a degradar, esta batería aguanta 50.000 ciclos de carga y descarga sin sufrir degradación. Esto, aplicado a un coche eléctrico, se traduciría en que pueda recorrer muchos más kilómetros y extender su vida útil una barbaridad. Pero es que además estamos hablando de una batería que se carga en 1 minuto. Más concretamente, la compañía detrás de esta tecnología declara que se carga de forma completa en 72 segundos. Y mucho cuidado, porque ya está lista para producción y no es uno de esos ‘sueños’ aún en laboratorio.
La empresa Morand ha presentado una innovadora tecnología de batería híbrida que combina la carga ultra rápida de supercondensadores con una batería convencional. Y esto se traduce, efectivamente, en una carga completa en 72 segundos al tiempo que la vida útil de las celdas se extiende en casi 20 veces más de lo que es habitual en aterías de iones de litio. Para ello se utilizan supercondensadores híbridos en asociación con avanzados controladores que permiten aumentar la potencia de carga de forma significativa, pero de forma segura. En los datos que maneja la compañía se refieren a nada más y nada menos que 50.000 ciclos de carga y descarga superados sin problemas; de hecho, en algunas de las unidades probadas han conseguido llegar a 70.000 ciclos sin sufrir degradación. Evidentemente, esto puede suponer un antes y un después en los coches eléctricos, porque supondría extender enormemente la vida útil de su componente más delicado que es la batería.
Una batería con carga ultra rápida en 72 segundos y una vida útil muchísimo mayor que las actuales de coches eléctricos
En las pruebas que han llevado a cabo, usando su tecnología, los de Morand han conseguido cargar una batería de 7,2 kWh de capacidad de almacenamiento energético en 120 segundos, desde el 0% de su capacidad hasta el 98%, que es prácticamente una carga completa. Datos indudablemente impresionantes que se han logrado con una potencia de 360 kW y llegando hasta los 900 A. Y todo esto ha sido sometido a pruebas por parte de Geo Technology, que es una compañía fundada por una de las personas que encabezó el programa de Fórmula 1 de Honda.
Por si todas estas grandes ventajas de la batería que propone Morand no fuesen suficientes con respecto a las actuales baterías de iones de litio que utilizan los coches eléctricos, todavía hay más. Lo cierto es que desde la compañía tampoco dan detalles excesivamente precisos, pero sí que declaran que su sistema de almacenamiento energético reduce de una forma significativa su dependencia del litio y de otros materiales como el cobalto. No los han eliminado por completo, aunque sí tienen una presencia menos destacable en la composición química de sus celdas.
En su lugar, han apostado por una composición química basada, principalmente, en aluminio, grafeno y carbono. Y todo esto ayuda a que sea una solución algo más barata, además de independiente de las limitaciones geopolíticas que a día de hoy están generando importantes problemas con las baterías de los coches eléctricos. Por otro lado, para aumentar la seguridad de las baterías, han introducido en estos sistemas de almacenamiento energético un sistema de protección contra incendios específico. Algo muy importante en una batería que se carga a niveles de potencia bastante superiores a los habituales.
Y lo mejor de todo esto es que no se trata de un experimento de laboratorio esperando a ver si es viable. No, esta tecnología está lista para producción y la compañía ya está desarrollando su plan estratégico para, efectivamente, empezar a fabricar estas baterías. Así que no deberían pasar demasiados años hasta que empecemos a disfrutar de las ventajas de este tipo de tecnología en coches eléctricos de producción. No obstante, lo más probable es que tarde algún tiempo en ser una tecnología que iguale los costes de una batería de iones de litio convencional.