Equipmake acaba de presentar en sociedad su motor eléctrico con nombre Ampere-220. Que, en realidad, no es un motor eléctrico convencional, sino más bien un eje eléctrico. ¿Por qué? Porque es un sistema motriz completo, en forma de eje, que puede contar con uno o dos motores. En su versión más simple pesa solo 20 kg, pero con las máximas prestaciones se queda en 85 kg y llegando hasta nada menos que 590 CV.
Este sistema motriz está enfocado a coches eléctricos de altas prestaciones. Como avanzábamos, es un eje eléctrico en el que pueda haber instalados uno o dos motores eléctricos. La configuración más sencilla tiene un peso de solo 20 kg y entrega una potencia máxima de 295 CV, pero es que lleva incorporados también la caja de cambios de carburo de silicio, toda la electrónica de potencia y los inversores. Esto es ideal para un coche eléctrico deportivo en el que sea especialmente relevante la relación entre peso y potencia, porque tiene una increíble densidad de potencia de 11 kW/kg, que es aproximadamente el doble que un motor eléctrico típico y convencional.
Un potente motor eléctrico que duplica la densidad de cualquier otro, 590 CV en solo 85 kg
Con una impresionante densidad de potencia de 11 kW/kg, según las indicaciones del propio fabricante, se duplica lo que ofrece un motor eléctrico convencional. Y esto, evidentemente, para un coche eléctrico de enfoque confortable, o de enfoque más práctico, no es relevante. Pero la idea, como no podía ser de otro modo, es que este singular y prestacional eje eléctrico se utilice en coches eléctricos de alto rendimiento. Y no solo por lo que ya hemos visto, sino porque es que se puede ir más allá combinando dos ejes eléctricos de estas prestaciones en un mismo coche deportivo.
Y aunque no dan detalles sobre cómo funcionaría un coche eléctrico con dos ejes Ampere-220, podemos intuir que entregando 590 CV cada uno de ellos de manera independiente se puede llegar a un conjunto que ofrezca 1.180 CV. Para todo esto hay un aspecto técnico clave, y es que se ha logrado un rendimiento extremo trabajando sobre la base de un diseño de radios propio de Equipmake junto a la fabricación aditiva. La estructura metálica del eje eléctrico no se tiene que fresar a partir de un bloque sólido, y de este modo se utiliza metal única y exclusivamente donde se necesita usarlo, reemplazando además los ensamblajes de diferentes componentes por una única estructura compleja.
Hace algún tiempo parecía que cualquier coche eléctrico podía brindar una experiencia deportiva. ¿Por qué? Porque los motores eléctricos tienen más potencia que los motores térmicos a un precio incluso inferior, y porque la entrega de potencia es instantánea en este tipo de sistemas motrices. Sin embargo, poco a poco estamos viendo que además de motores eléctricos hay también motores eléctricos de alto rendimiento y de altas prestaciones. Evidentemente, el que nos ocupa en este artículo es un buen ejemplo justamente de esto.
De hecho, por aquí ya hemos hablado en alguna ocasión de los motores de flujo axial como un buen ejemplo de sistemas motrices eléctricos deportivos. Son diferentes a los motores eléctricos convencionales de flujo radial. Y como el Ampere-220, también logran unas cifras extraordinarias en la relación entre peso y potencia. Pero ahora el siguiente paso es que los coches eléctricos logren reducir el peso de su batería. De momento, el gran lastre que implica una batería de iones de litio sigue siendo también un importante lastre para la experiencia de conducción deportiva.