Siendo ellos quienes lideran la fabricación mundial de baterías para coches eléctricos, no es de extrañar que en China vayan varios años por delante de todo el mercado europeo en lo que se refiere al vehículo eléctrico. Pues bien, si aquí en Europa ya se ha estado viendo que las baterías NCM están siendo desplazadas por las LFP, en el país asiático se está empezando a ver otra tendencia. Y es que las baterías de sodio se están convirtiendo, poco a poco, en la alternativa más potente a las baterías LFP. Es una cuestión de precio y, efectivamente, todo apunta a que las baterías LFP se van a ir quedando desplazadas en favor de esta nueva y barata tecnología.
En el caso de China, el punto clave está en que allí tienen un tipo de coche eléctrico especial que son los ‘kei car’. Algo así como micro coches con una legislación especial, reducidos en tamaño y prestaciones, pero con precios muy bajos. Y para ellos, desde el mes pasado, se han empezado a utilizar las baterías de sodio. Las primeras compañías que han abrazado esta tecnología han sido Chery, que está preparando ya su llegada a España, y JMEV, que tiene una estrecha vinculación con Renault. Pero es que hay informes que apuntan a que esta tendencia de apostar por las baterías de sodio va a llegar a fabricantes con alcance mundial. Se espera, de hecho, que el BYD Seagull las incorpore y también el BYD Dolphin tenga una versión con batería de sodio próximamente.
La batería de sodio podría desplazar a las baratas baterías LFP que se han convertido en la mejor opción de los fabricantes
El Chery QQ Gelato, que ya se comercializa en China y es uno de los ‘kei car’ más vendidos, usa una batería de sodio de CATL. Hablamos del mayor fabricante mundial de baterías, por encima de BYD, y su tecnología combina celdas de litio y sodio. Con ello se consigue una densidad energética de 160 Wh/kg, que está bastante por debajo de lo que puede ofrecer una batería LFP, y muy por debajo de las prestaciones de una batería NCM, pero tiene la gran ventaja de que da lugar a un paquete de batería mucho más barato que lo visto hasta la fecha.
A una temperatura normal esta batería pude recargarse en un 80% en 15 minutos, de modo que sus prestaciones tampoco es que sean malas en absoluto. Otro modelo que nos sirve de ejemplo para conocer el potencial de las baterías de sodio es el JMEV Yichi Yutu, con un paquete fabricado por Farasis. En este caso la densidad energética alcanza hasta los 155 Wh/kg, así que las cifras técnicas son bastante parecidas, y su fabricante anuncia que resiste más de 2.000 ciclos de carga y descarga manteniendo un 90% de su capacidad original. Es decir, que la vida útil de este tipo de baterías va incluso más allá de lo que pueden ofrecer las baterías LFP.
Este último fabricante al que nos hemos referido, por cierto, ya tiene previsto aumentar la densidad energética hasta 220 Wh/kg a finales de década. Y gracias a esto, las baterías de sodio apuntan a ser la tecnología de todos los coches eléctricos que se sitúen en una autonomía inferior a los 500 kilómetros en cifras de homologación. Es decir, que esta nueva tecnología de batería no parece que vaya a sustituir por completo a las baterías LFP, que poco a poco se han ido convirtiendo en las favoritas de los fabricantes de coches eléctricos, pero sí apuntan a convertirse en la opción escogida para una enorme cantidad de vehículos eléctricos con autonomía más limitada.
BYD ya tiene previsto el lanzamiento de sus baterías Blade con celdas de sodio para los próximos meses y, como comentábamos anteriormente, parece que tanto el BYD Seagull como el BYD Dolphin, que es rival directo del económico MG 4, serán sus primeros modelos en introducir versiones basadas en esta tecnología. Aún no se sabe hasta qué punto las baterías de sodio afectarán al precio de los coches eléctricos, pero ya se ha venido comentando en los últimos meses que esta tecnología podría permitir que se vendan al fin coches eléctricos de menos de 15.000 euros en el mercado europeo.