Es de sobra conocido que España tiene un enorme potencial con la energía solar. Y en el último año el despliegue de paneles solares ha aumentado su ritmo de forma exponencial, y durante el verano se ha dejado ver lo interesante que es esta fuente de energía renovable. Pero los avances científicos pueden facilitar este despliegue, y mucho. Tanto es así que está en desarrollo un innovador procedimiento que tiene como objetivo poder convertir cualquier cristal en un panel solar. Se basa en celdas solares sensibilizadas por colorante (DSC).
Las celdas solares Graetzel, en realidad, no son algo nuevo. Son un tipo de células fotovoltaicas que pueden producir energía eléctrica a través de una reacción foto-electroquímica que, hasta la fecha, había mostrado una eficiencia bastante limitada. El punto clave está en que un desarrollo reciente ha logrado elevar en gran medida la capacidad de este tipo de celdas solares. El avance viene de parte de un equipo de investigación de la Escuela Politécnica Federal de Lausana, en Suiza, y se basa en nuevas moléculas de tinte fotosensibilizante. Gracias a esta innovación han logrado que se pueda alcanzar una eficiencia de conversión de energía hasta un máximo del 30,2%. Son valores mucho más altos que los que se habían conseguido hasta ahora con celdas solares Graetzel, que tienen la enorme ventaja de que sirve para poder convertir prácticamente cualquier cristal en un panel solar. Desde el cristal de un coche eléctrico hasta las ventanas de una vivienda convencional, pasando por muchas otras instalaciones en las que hay superficies acristaladas.
Ahora sí, convertir cualquier cristal en un panel solar tiene sentido gracias a esta técnica de sensibilización por tinte
Las celdas Graetzel han presentado desde sus inicios la gran ventaja de su versatilidad de instalación y su bajo coste. Pero, efectivamente, aunque en Europa se pretendía desde años atrás que esta fuese una tecnología muy extendida, siempre ha existido la barrera de la limitación que esta tecnología tenía en la eficiencia de conversión energética. Este avance , que viene desde Suiza, cambia la situación por completo porque la sensibilización por tinte logra que este tipo de celdas solares puedan alcanzar altísimos niveles de eficiencia comparables a los de un panel solar convencional, y de buenas prestaciones.
En los detalles del estudio explican que la preabsorción de ácido hidroxámico permite aumentar la eficiencia de las celdas solares por cosensibilización. Explican en esta documentación que la unión de moléculas de tinte fotosensibilizador mejora el rendimiento de las células fotovoltaicas de una manera extraordinaria. Esto ocurre a partir de la preabsorción de una monocapa derivada de ácido hidroxámico sobre la superficie de dióxido de titanio mesoporoso nanocristalino. La absorción de los sensibilizadores se ralentiza y, con ello, se consigue crear una capa de sensibilización densamente empaquetada, y bien ordenada, en la superficie de dióxido de titanio.
No solo se consigue un rendimiento extraordinario en cuanto a la eficiencia de conversión energética, sino que además logran una estabilidad muy superior a la que se había conseguido hasta el momento. Y la clave en este punto está en que, efectivamente, esta tecnología tiene un enorme potencial porque permite convertir cualquier cristal en una superficie solar. Las aplicaciones que esto puede tener son casi infinitas, y manteniendo la enorme ventaja de las celdas Graetzel de que los cristales pueden mantenerse transparentes, o casi totalmente transparentes.
El único problema es el de siempre, y es que este tipo de avances tecnológicos tardan siempre algún tiempo en salir del laboratorio. Es un avance científico muy importante para el futuro energético, y además ya han avanzado que se puede escalar con costes muy reducidos. Pero de momentos es complicado adivinar cuándo podría ser una tecnología realmente extendida. En edificios residenciales, y en los mismos coches eléctricos, el potencial de esta tecnología es realmente interesante.