Un grupo de investigadores de NUS, la Universidad Nacional de Singapur, ha creado una batería que se recarga sola, sin tener que enchufarla a una toma de alimentación externa, y además aprovechando elementos comunes como tela, sal marina y tinta de carbón. Una sorprendente innovación tecnológica que solo necesita humedad en el aire, en el lugar en el que se encuentre la batería, para cargarse sola.
Los investigadores han dado con la clave para crear un innovador material parecido a un tejido, de solo 0,3 milímetros de grosor, y construido a base de madera y poliéster recubierto con nanopartículas de carbono. El tejido, cubierto por uno de sus lados por un hidrogel iónico de sal marina, absorbe hasta seis veces su peso en humedad. Pero lo interesante en todo esto no está ahí, sino que está en que este tejido funciona como una batería que se recarga por sí sola cuando está expuesta al aire, con tan solo absorber la humedad.
Un innovador «MEG»: una batería que se recarga sola con la humedad del aire
Hay algunos dispositivos que son capaces de generar electricidad mediante la interacción de algunos materiales con la propia humedad del aire. Este tipo de dispositivos se denominan MEG. El que nos ocupa es, efectivamente, un MEG. Pero es mucho más avanzado que los que se habían logrado hasta la fecha porque no se satura al capturar la humedad del aire y tampoco pierde rendimiento cuando es expuesto durante períodos de tiempo prolongados. Y precisamente por eso es mucho más viable para aplicarse a nivel comercial.
Cuentan en Advanced Materials que se eligió la sal marina como compuesto para la absorción de agua por sus propiedades no tóxicas y también por su potencial para proporcionar una opción sostenible a las plantas desalinizadoras. El funcionamiento de este tejido, que a fin de cuentas es una batería auto recargable, se basa en la separación de los iones de la sal marina, que ocurre cuando se absorbe agua en la región húmeda. Esto produce cambios en la superficie del tejido; se crea un campo magnético a través de él.
Y como otros MEG, este innovador tejido ha demostrado una gran flexibilidad, pero también una elevada capacidad para soportar tensiones de torsión, de flexión y de enrollamiento. Y lo que comprendemos por resistencia no solo es que físicamente se mantenga como estaba originalmente, sino que mantenga todas sus propiedades y capacidades como sistema de almacenamiento energético auto recargable.
Este tipo de baterías que se recargan solas, y que tienen las mismas propiedades de un tejido, tienen un enorme potencial en dispositivos del futuro. Quizá en los coches eléctricos no, pero sí se plantea como opción para vehículos de movilidad personal como patinetes eléctricos o bicicletas eléctricas, por ejemplo. Evidentemente, la capacidad de almacenamiento energético que ofrecen es bastante limitada; además, su entrega de potencia es también reducida. Pero se están haciendo grandes avances en la materia y próximamente nos beneficiaremos de ellos en productos finales.
Y en realidad, en coches eléctricos también podría llegar a tener su aplicación. Del cuero animal hemos pasado en los últimos años al cuero vegano. Sin embargo, un tejido sintético de este tipo, que pueda aportar un extra de carga a la batería del coche, o de sistemas como el aire acondicionado, el sistema multimedia, etcétera, no estaría de más. En los próximos años veremos cómo evolucionan estos MEG, pero este avance tecnológico es realmente importante.