Desde luego que sí, es envidiable, y podemos partir de aquí como una buena base. Pero la cuestión no es únicamente cómo disfrutan los multimillonarios que pueden permitirse comprar un Rolls-Royce, sino de qué más disfrutan estos afortunados de bolsillo holgado, y por qué un Rolls-Royce, y no un modelo de otro fabricante.
En un interesante reportaje, Carfection nos ofrece un vídeo resumen con un día típico del potencial comprador de un Rolls-Royce. Evidentemente, no podían faltar un paseo en yate o prestigiosas fiestas con todo tipo de manjares. Aquí es donde está la clave, porque en este reportaje nos han querido enseñar cómo se le plantea a un potencial comprador de estos lujosos modelos británicos la estupenda idea de desembolsar desde 300.000 euros que cuesta el Rolls-Royce Ghost más barato.
¿Cómo convences a un multimillonario para que compre un Rolls Royce?
Sí, Rolls-Royce tiene una web, pero no hay precios a la vista, sino sencillamente un configurador en el que puedes elegir tu modelo favorito y navegar entre las diferentes versiones posibles. Aquí no hay un ‘solicitar presupuesto’ o una opción para pedir que te llamen del concesionario. Todo es mucho más ‘pijo’, cómo no, y la elegancia y el buen gusto reinan incluso en su página web. La distinción se lleva hasta el extremo.
Y la cuestión es que, ¿cómo convences a un multimillonario? Es decir, si no hay concesionarios a pie de autopista, o en el polígono más cercano de tu barrio, como ocurre con cualquier otro fabricante… ¿por qué se le iba a encender a un multimillonario la bombilla para comprar un Rolls-Royce, y no otro modelo que vea constantemente en la televisión, o cuando navega por Internet? Porque Rolls-Royce se vende a través de ‘experiencias’.
Sí, además de utilizar otras vías para llamar la atención de sus potenciales compradores, organizan una serie de prestigiosas fiestas para multimillonarios que pueden disfrutar justo después de aquel paseo rutinario en yate, después de una o varias copas de champagne. Y en estas fiestas, los coches están expuestos, pero nadie va a venderle la moto al multimillonario, sino que simplemente le hace disfrutar de una agradable conversación, un catering exquisito y todo tipo de actividades de ocio a la altura de sus expectativas. Y el coche está ahí, y si le llama la atención… lo compra, y punto. Así que, como probablemente ya habías imaginado, no… los multimillonarios no compran un coche como tú, o como yo.