Un Ferrari 458 Italia y un Tesla Model S P85D, ¿no suena desde el principio a que la bestia italiana va a coronarse? Pues hay algunos aspectos técnicos que pueden hacerte cambiar de idea. Por eso, revisamos el par motor y la potencia de los motores eléctricos, en comparación con los motores de combustión interna, para que veas por qué nunca deberías ‘picarte’ con un eléctrico en un semáforo.
El rugido del sucesor del Ferrari F430 es un placer para los oídos de cualquiera. Con su motor V8 de 4.5 litros lo encontramos con un mínimo de 570 caballos en las 9.000 rpm, y ofreciendo un par máximo de 540 Nm en las 6.000 rpm. Hablamos de, aproximadamente, 230.000 euros.
El Tesla Model S P85D es el que monta dos motores con baterías de 85 kWh, y desarrolla 691 cv de potencia y un par máximo de 630 Nm. Alcanza un máximo de 250 km/h, con limitación, y el 0 a 100 km/h lo resuelve en sólo 3,2 segundos. El Ferrari, sin embargo, se pone a 100 km/h en 3,4 segundos. La diferencia es escasa, pero hay algo que lleva al Tesla Model S a destacar en esto, los ‘piques’ de aceleración.
La potencia y par, en un coche eléctrico, tienen mejores curvas
Dejando a un lado los bólidos del vídeo, nos ponemos a estudiar un ‘simple’ Nissan LEAF. En la comparativa de la versión eléctrica con respecto al modelo con motor de combustión interna, se aprecia que el motor eléctrico se entrega desde el principio con sus máximas prestaciones, al menos en el caso del par motor. Y, sin embargo, lo que hace es disminuir de una forma realmente progresiva cuando se han alcanzado las 3.000 rpm.
Algo muy parecido ocurre con la curva de potencia, que tenéis en la gráfica derecha, y que muestra cómo poco antes de las 3.000 rpm se alcanza el máximo y se mantiene a lo largo de todo el recorrido de la aguja. En los motores de combustión interna, sin embargo, la curva es mucho más pronunciada. Esto lo que nos indica es que la eficiencia de los coches eléctricos es muy superior, y las prestaciones que ofrecen, con respecto a mecánicas equivalentes, sin duda son mucho más interesantes.
Por lo tanto, quizá pasados unos metros le demos una buena ‘pasada’ al coche eléctrico, pero recuerda que picarse en un semáforo no es buena idea, porque el par máximo y potencia van a llegarle mucho antes a él que a tu gasolina o diésel.